Las obras de esta Gran Vía se iniciaron en 1927. Esta nueva avenida no se abrió completamente hasta el año 1940.
Las obras de esta Gran Vía se iniciaron en 1927. Esta nueva avenida no se abrió completamente hasta el año 1940.
La avenida va desde el antiguo cauce del río hasta el cruce de la calle Ángel Guimerá, teniendo su continuación en la Gran Vía de Ramón y Cajal.
La iglesia de San Sebastián era la del convento del mismo nombre y se construyó en el siglo XVI, derribándose y construyéndose otra en su lugar en el siglo XVIII. El campanario se terminó ya a principios del siglo XX. En su interior tiene un zócalo de azulejos que recorre todo el templo y que data de 1742.
La placita donde se encuentra la iglesia se reformó en el año 2019.
Esta calle, dedicada al dramaturgo valenciano Guillem de Castro, autor de Las mocedades del Cid, sigue el recorrido de las antiguas murallas de Valencia y en ella se encuentran las torres de Quart.
Este pequeño jardín tiene aproximadamente 4.000 metros cuadrados y su tema es el relato de la fábula de las Hespérides, protagonizada por Hércules.
La escena mitológica de Hércules triunfante con las manzanas de oro y la metamorfosis de las ninfas transformadas en árboles, es la base narrativa de este jardín.
El Jardín de las Hespérides cuenta con unas 50 variedades de cítricos. Hay en él una pequeña fuente que refleja la imagen de Afrodita, diosa protectora de los jardines.
Este jardín cuenta con una pérgola con acantos, hiedras y buganvillas, que se prolonga hasta la salida.
El Jardín Botánico de Valencia tiene su inicio en el siglo XVI, en el llamado Hort de Simples (Huerto de Simples), con la plantación de plantas medicinales por la Universidad de Valencia. Pero fue ya en el siglo XVIII, con las ideas de la Ilustración y el apoyo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, cuando tuvo el impulso decisivo y criterios más científicos.
Ya en 1733, se hablaba en la Universidad de Valencia de crear un jardín que debía facilitar la ciudad. Pero no será hasta 1757 cuando el rector Lores proponga directamente la creación de un jardín botánico próximo a la Alameda. En 1778 lo aprueba la ciudad, pero tendrán que pasar veinte años más para que sea realidad.
En 1767, Gregorio Mayans ya había reclamado un jardín que fuera responsabilidad de un catedrático de botánica, pero que no descuidara las plantaciones de interés para la medicina.
En 1786 la universidad de Valencia aprueba la Cátedra de Botánica, independiente de la de Medicina. Con ello se establece la necesidad de crear un jardín botánico.