En una parte de estos jardines, dominada por setos recortados, se encuentran dos leones con una de sus garras sobre una bola; recuerdan a los del Congreso de los Diputados de Madrid. Allí estaban destinados, en principio. Los leones se consideraron demasiado pequeños para el edificio madrileño y, al final, se instalaron en el Congreso los de bronce realizados por Ponciano Ponzano. En 1864, Juan Bautista Romero (marqués de San Juan) los compró en Madrid y se los trajo a Valencia para su palacete.

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