Esta iglesia es lo único que queda del antiguo convento de agustinos que había sido fundado, extramuros de la muralla musulmana, en 1281. Al ampliarse la muralla en el siglo XIV, el convento quedó dentro del recinto amurallado. De esta época parece ser la actual nave de la iglesia. El nuevo campanario data de 1912.

Javier Goerlich, a partir de 1940, vuelve la iglesia al gótico inicial quitándole la decoración barroca y clasicista que la recubría; construyendo la portada que da a la calle Guillem de Castro y rematando el campanario. De este importante convento (llegó a tener dos claustros) quedan restos en el Museo de Bellas Artes.

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