El origen de este palacio se remonta a los siglos XIV-XV, pero su configuración actual corresponde a las intervenciones efectuadas desde el siglo XVIII. En 1740 Hipólito Rovira efectuó una profunda intervención del edificio, en la que participaron también Ignacio Vergara y Luis Domingo. 

Durante el siglo XIX tuvo una importante reforma donde se recubrieron las fachadas con estuco de imitación marmórea, se añadieron las balaustradas, las impostas, etc. Todo esto armonizando con la portada de alabastro. 

Declarado monumento histórico-artístico en 1941, en 1949 el Estado lo compró para ubicar la colección de cerámica de Manuel González Martí. El museo se inaugura en 1954.

Entre los años 60-70 del siglo XX se produjo una ampliación mimética del palacio, pero entre 1991 y 1998 se produjo una reforma integral que procuró recuperar el palacio del siglo XIX.

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